Acordes[Libre]

No se necesitaba ser ningún experto en metereología para saber que se aproximaba una gran tormenta. Los días habían estado así desde ya varios días, pero las nubes no se animaban a desagotar su llanto sobre las personas que vivían en Wonderland.
El día estaba gris, el astro rey se ocultaba entre enormes nubarrones negros, que emitían una sombra que cubría la totalidad de las calles del centro, calles infestadas de mercaderes, negocios y gente caminando, algunos paseaban, otros huían, y mas de uno criticaba como siempre el lugar.
Ella pisaba fuerte por la acera hecha de rocas. Su saco negro se agitaba con el viento que levantaba su caminar. Su cabello jugueteaba en su cara, pero no tan libremente como hubiera querido ya que llevaba un elegante sombrero negro que lo censuraba y detenía. Sus ojos se ocultaban bajo gafas oscuras, si bien no había sol, su vista odiaba la claridad, y más ese resplandor que producía el sol a pesar de estar oculto en el firmamento. Una correa cruzaba su pecho y enganchaba su guitarra colgando sobre la espalda.
Se detuvo, y miró a su alrededor, divisó el cantero en el que solía sentarse para desplegar su música y voz, y así poder obtener alguna ayuda de las personas. Un mozo algo debilucho salía a limpiar las mesas y al ver a la muchacha sentandose en el mismo lugar de siempre, la reconoció y la saludo.
-Ho-o-la Estrella...
La chica, Estrella, lo saludó bajando la cabeza, sonriéndole de costado. Abrió la funda, sacó la guitarra, y dejó lo que la cubría en el piso, abierta, para que allí depositaran las propinas, si es que conseguía alguna. Buscó en su cuello un collar, con una púa como dije, carraspeó y se dispuso a cantar, acompañándose con un juego de suaves rasgueos y acordes.
-Ella todo lo que quiere es jugar el juego comenzar de cero un camino nuevo maquillando el dolor del corazon.